P: No se puede negar que es el deseo sexual lo que lleva al hombre a practicar el coito, aunque la reproducción no sea el motivo.
B: Preguntas por el impulso sexual biológico. Eso está impregnado en el complejo ego mente cuerpo para facilitar la reproducción, según el diseño de la naturaleza. Si el acto no implicara placer, el hombre probablemente se preguntaría: “¿Por qué debo dar a luz hijos?
¿Cuál es el gozo más elevado que puede conocer el hombre? Es el estado de no-mente. Lo experimenta diariamente en el sueño. Sólo el yogui lo experimenta en la vigilia; para el Jñani no puede haber ninguna experiencia. Así pues, la naturaleza ha tenido a bien introducir esta dicha de la no-mente en el acto coital.
Un instante antes del comienzo de los espasmos que provocan la emisión del líquido seminal, durante exactamente 1/128 de segundo, la mente se aleja. Es como exponer una placa con una velocidad de obturación muy rápida. La impresión de la dicha saboreada deja en la mente un fuerte deseo de más dicha. Así es como los hombres acaban siendo adictos al acto.