La consciencia no es un compromiso con algo.

 

La consciencia es una observación, tanto exterior como interior, en la que se ha detenido la dirección.

 

Eres consciente pero aquello de lo que eres consciente no se incentiva ni se sustenta.

 

La consciencia no es concentración en algo.

J. Krishnamurti

Consciencia

Consciencia​

Se puede decir que nuestra Esencia es consciencia pura pero, por supuesto, cuando llegamos a esta consciencia pura no decimos que es mi consciencia. Es simplemente consciencia. La consciencia pura se manifiesta cuando lo personal desaparece. Es la ausencia del sujeto. Al profundizar en uno mismo se llega a la consciencia pura, también llamado el Ser.

    Antes de llegar a este puro Ser, se experimenta la consciencia. En esta experiencia, yo soy consciente. Por ejemplo, soy consciente de que es de noche y afuera está oscuro, soy consciente del mundo, etc. Esta consciencia no es como la concentración. No afecta a lo que se está observando. Hay un yo que observa algo, que es consciente de algo. También este yo es consciente del mundo interior: sentimientos, pensamientos, sensaciones corporales. Esta consciencia nos lleva a nuestro propio Ser.

    De esta manera, usamos la mente para convertirnos en testigos de nuestro mundo interno y del externo. Inicialmente, hay un “alguien” que es el testigo pero, en el momento de la realización del Ser, la conexión con lo personal se desvanece y solo queda consciencia pura o presencia pura. Hay una fusión de lo que se observa con el que observa. A esta unificación la llamamos realización del Ser.

    No es tan fácil permanecer consciente de uno mismo, estar presente y solo tú puedes saber cuál es tu ritmo. Casi seguro que al principio tendrás que moverte lentamente. Recuerdo una de las muchas historias de Osho. Cuando era estudiante universitario solía caminar con zapatos de madera y en los suelos de piedra estos zapatos resonaban con fuerza, “tap tap tap”, y probablemente volvía loco a todo el mundo; pero, lo hacía conscientemente, eligió hacerlo así porque utilizaba el sonido de los zapatos para permanecer consciente. No quería actuar de manera robótica, inconsciente. Eligió esa estratagema para que le devolviera continuamente a la presencia.

                                                                                     John David. “El simple gozo de la libertad”

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